domingo, 21 de octubre de 2012

A quemar el mundo nos vamos

Monseñor,
¿Cree usted en el infierno?

<<Señora, soy sacerdote de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, y usted sabe que en esta la existencia del infierno es verdad dogmática o de fe>>

Pero usted, monseñor, ¿cree en ello?

<<¿Pero por qué se preocupa usted tanto, señora, de si hay o no infierno, si no hay nadie en él...?

Y en el cielo, ¿hay alguien?




martes, 16 de octubre de 2012

José Luis Sampedro

Carta al presidente

(...)  Usted no le dice a la gente que estamos metidos en una III Guerra Mundial cuyas armas no son de fuego, sino que tienen a forma de experimentos socio-económicos, donde los tanques son agencias de calificación de la deuda, donde los países utilizan a los ciudadanos para intereses ajenos a estos, y donde, al final, la gente está muriendo y sufriendo, como en cualquier guerra. 
Usted nos dice que es bueno meter a cuarenta alumnos por clase, que es bueno que haya menos profesores, menos médicos, menos atención sanitaria, y a veces pienso que simplemente usted es gilipollas, que no puede ser que actúe con maldad. (...)



lunes, 15 de octubre de 2012

Mañana la voz será firme
y oir que la sentia al conocerla de antes,
como los sueños que creemos repetidos,
pura ciencia, como ella.
Firme
Y todos nos encontramos aburridos, grises y desentonados,
con la mancha verde de la hipocresia,
y la tinta negra de nuestros padres.

domingo, 14 de octubre de 2012


¿La crisis?

Que la paguen ellos.

 

Después de que la ley de privatización de suelo del 1998 pillase en calzones a los accionistas, inversores y demás hambrienta prole, los bancos aceptaron grandes cantidades de stock inmobiliario sobrevalorado, que se vieron obligados a poner a precios post-burbuja, que dejarían de nuevo en paños menores a la prole.

Como era impensable que esto saliese a la luz, mantuvieron el capital a precio hinchado, mientras mostraban al mundo uno de los mejores resultados de la banca mundial.

La burbuja inmobiliaria estaba ya sufriendo los famosos cólicos de espanto, que estallaron con el desplome de la bolsa y una economía que empezaba a resentirse, mientras que el paro había subido en 1.000.000 (¡y nos asustó entonces! Ahora apunto estamos de ganar la porra con casi 5.000.000)

Pero lo que remataba a la economía era la reducción de flujos de los créditos por parte de los bancos.

El circulo vicioso se retroalimentaba, las empresas andaban fatal de los suyo, no tenían liquidez por la falta de préstamos, facturas impagadas por parte de administraciones, consumo doméstico en caída libre…las familias ya no podían arrastrar más sus suelos congelados con más deuda… y PUM! Se convirtió en LA CRISIS.

Y cerca de 5.000.000 millones de españoles en paro, licenciados, no licenciados y toda la tropa, y recortes en sistema público, y mas ajustes, y familias echadas de sus casas por impago, y reducción de plantilla, que mágicamente… ¡las cúpulas directivas se mantuvieron! no sabemos si para evitar que algún alto cargo destapase las prácticas cometidas hasta el momento y su mundo del capitalista-armonioso nada modesto se desarmase.

Así se retuerce “el gran sueño español”, el de salir el sábado con la parienta a pasear por las tiendas e invertir en artículos de primerísima utilidad como unos descosidos. Ahora algunos han preferido cambiar la tarde de shopping-sábado por la del manifestante perseverante, que a pesar de estar sufriendo la mayor exhibición de violencia por parte de nuestras maravillosas fuerzas del estado, se mantiene impasible en primera fila para que seamos escuchados y defendidos por aquel sistema aquel, aquel estado igualitario del que una vez creí escuchar hablar.

Sinvergüenzas.
Porque se empeñan en cambiar el formato cada X tiempo? ya no noto la diferencia de los pies con los que cojean internet y el mundo;
si un par de botas están diseñadas para que tras cuatro años de uso terminen en el contenedor, dado el material, (personalmente, no conozco vuestros casos) parece que tambien nos tienen que renovar el formato de las paginas para que me vuelva loca.

Denada.