¿La
crisis?
Que
la paguen ellos.
Después de
que la ley de privatización de suelo del 1998 pillase en calzones a los
accionistas, inversores y demás hambrienta prole, los bancos aceptaron grandes
cantidades de stock inmobiliario sobrevalorado, que se vieron obligados a poner
a precios post-burbuja, que dejarían de nuevo en paños menores a la prole.
Como era
impensable que esto saliese a la luz, mantuvieron el capital a precio hinchado,
mientras mostraban al mundo uno de los mejores resultados de la banca mundial.
La burbuja
inmobiliaria estaba ya sufriendo los famosos cólicos de espanto, que estallaron
con el desplome de la bolsa y una economía que empezaba a resentirse, mientras
que el paro había subido en 1.000.000 (¡y nos asustó entonces! Ahora apunto
estamos de ganar la porra con casi 5.000.000)
Pero lo que
remataba a la economía era la reducción de flujos de los créditos por parte de
los bancos.
El circulo
vicioso se retroalimentaba, las empresas andaban fatal de los suyo, no tenían
liquidez por la falta de préstamos, facturas impagadas por parte de
administraciones, consumo doméstico en caída libre…las familias ya no podían
arrastrar más sus suelos congelados con más deuda… y PUM! Se convirtió en LA CRISIS.
Y cerca de 5.000.000
millones de españoles en paro, licenciados, no licenciados y toda la tropa, y
recortes en sistema público, y mas ajustes, y familias echadas de sus casas por
impago, y reducción de plantilla, que mágicamente… ¡las cúpulas directivas se
mantuvieron! no sabemos si para evitar que algún alto cargo destapase las
prácticas cometidas hasta el momento y su mundo del capitalista-armonioso nada
modesto se desarmase.
Así se
retuerce “el gran sueño español”, el de salir el sábado con la parienta a
pasear por las tiendas e invertir en artículos de primerísima utilidad como unos descosidos. Ahora algunos han
preferido cambiar la tarde de shopping-sábado
por la del manifestante perseverante,
que a pesar de estar sufriendo la mayor exhibición de violencia por parte de
nuestras maravillosas fuerzas del estado, se mantiene impasible en primera fila
para que seamos escuchados y defendidos por aquel sistema aquel, aquel estado
igualitario del que una vez creí escuchar hablar.
Sinvergüenzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario