domingo, 15 de junio de 2014

A todos los santos del cielo

Esconderme cada noche en el hueco de las palabras mudas, 
y no necesitar agua, luz ni comida.

Me perdí en las miras de tus  trazos, me vigilaban altivos mientras deliraba cantos australianos, sicilianos, bombarderos de migas de amón, absolutismo que poderes hegemónicos impusieron sobre mi carne
mientes,mientes,mientes
ven ahora a apuñalar al fantasma que hace ígneas las alucinaciones 

Por que son dos de tus manos las que me cubren
y porque son dos de tus ojos los que ciegan
y por que no resisto a la vida si no son tus dos labios los que me protegen

Luego hice alucinar al fantasma de tu sonrisa, 
que me contestó no saber de donde venías,
y me acerqué a todo aquello que te asustaba,
ahora,ahora,ahora,
quedándome sin luz, mar ni aliento
quedándome sin ser                                           
dos de tus manos.



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